lunes, 17 de agosto de 2015

CLUB DE LOS IRREGULARES




Investigando sobre algunos aspectos que, reconozco, se me escapan sobre el universo de Los Irregulares he encontrado una entrada de Alfonso Díez al que, por cierto, proponen crear en 2010 un Club de Los Irregulares de Baker Street.

Copio parte de la entrada y os animo a que sigáis participando en la preventa de Los Irregulares escribiéndonos a cazadorderataseditorial@gmail.com

Algunos lectores seguramente habrán adivinado de qué se trata.
Sherlock Holmes llamaba Irregulares de Baker Street a los jóvenes que lo ayudaban con encargos en sus aventuras. Les pagaba un chelín por día. Ese nombre fue tomado por una organización con sede en Nueva York que agrupa a aquellos que han leído toda la obra de Sir Arthur Conan Doyle sobre el detective inglés (no sé cuántos serán).
Es curioso cómo casi noventa años después de la supuesta muerte del investigador, exista tal agrupación. La curiosidad no es algo nuevo. En Londres, he visitado “la casa” de Sherlock, ubicada en el 221B de Baker Street. Se trata en realidad de un museo y está localizado a la vuelta de la estación del Metro (The Tube, le dicen allá) que lleva ese nombre. A la entrada de la estación, por cierto, hay una estatua del detective.
Ahí reciben centenares de cartas dirigidas al detective que muchos de los remitentes no saben:
1.- Que nunca existió, fue un personaje literario creado por Sir Arthur Conan Doyle.
2.- Que tal personaje “murió”, antes de 1920 o cuando muy tarde en 1922., por lo que, evidentemente, ya no tendría caso escribirle, salvo que el que suscriba piense que en la que “fue su dirección” hay alguien que utiliza por ejemplo la güija (o ouija), para comunicarse con Holmes.
3.- Saben todo eso, pero esperan simplemente una respuesta del lugar, una fantasía que les permita avivar la imaginación.

Podéis leer todo el post aquí.

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